Primera Visión
Vi al Papa Benedicto… despierto, el lloraba silenciosamente… me dio la impresión… que sufrió mucho interiormente, sentí pena y compasión, lo vi tan extenuado, cansado, agotado, sólo. Miraba por una pequeña ventana, que daba hacia una vereda. Senti mucho cariño por él, sí, está impedido, anciano, enfermo, tiene la mirada triste, sé que por él también vendrán el apóstol san Pedro y el apóstol san Pablo a fortalecerlo en su pena.
El Señor me dijo que el tiempo estaba ya muy próximo y que terminará su sacrificio oblativo, de su vida y que descansará en Sus Brazos. El Señor me dijo que ya había cumplido su misión y que la Iglesia Católica enfrentaría pronto el Gran Cisma.
Segunda visión
Luego vi a Nuestro Señor horriblemente ultrajado, sentir coraje y sentimiento, porque manos impuras le azotaban una y otra vez con el látigo de las blasfemias. Lloro ahora sí, porque aquellos que azotan a Mi Señor son obispos y cardenales, también hay sacerdotes… y me pregunto.
¿Cómo puede ser posible esto?
Es cómo si la Hora amarga y cruel de la Flagelación se volviese a repetir una y otra vez!
Un ángel viene a mí y me toma de la mano, y me dice: Mira… éstas son las herejías del modernismo y la masonería… adora y repara en esta Hora por los pecados de los consagrados, de la falsa iglesia ecuménica mundial.
Un ángel viene a mí y me toma de la mano, y me dice: Mira… éstas son las herejías del modernismo y la masonería… adora y repara en esta Hora por los pecados de los consagrados, de la falsa iglesia ecuménica mundial.
(...)
En esta cuarta visión se me permitió ver que San Miguel y San Rafael Arcángel custodiaban celosamente las llaves de la Iglesia reservadas para el Fiel Pastor, el que llegará con sabiduría y poder al Remanente Fiel. Un fuego ardía alrededor y había también muchos ángeles cuyos cánticos me llenaron de gozo y paz estoy bien.
Dios me ama