¿Hazte socio de la Cruz Roja?



Parece ser que la Cruz Roja recibe la mayor parte de sus subvenciones a través de los impuestos de los españoles, y una parte menor de sus socios. Si bien es cierto que promete acometer muchas buenas acciones, la realidad es que sólo una pequeña cantidad de las cuotas se usan para los proyectos, y a veces, no en los que los asociados eligen. Además el dinero está a disposición de los que la dirigen habiéndose citado abusos e incluso desecho de material en buen estado al final de una campaña determinada.

Un testimonio aparecido en el programa radiofónico  `Aquí la Voz de Europa´, contaba el caso de dos nigerianos que percibían de la Cruz Roja 200 euros cada uno para el alquiler de un piso. Cuando quisieron marcharse, le exigieron al dueño quedarse con la fianza (que pertenecía a la Cruz Roja), y además que éste les acompañara en coche a su nuevo domicilio bajo la amenaza de que si no no se irían. El propietario tuvo que asentir a este chantaje a pesar de que le habían destrozado el apartamento. 
Dejaron los armarios llenos de comida porque sabían que, sin duda, la ONG les seguiría alimentando. 

Esto me recuerda al joven negro que está apostado a la puerta del supermercado al que voy. Después de entregarle algunos alimentos en dos ocasiones, los cuales no acogió de muy buen talante, a la tercera me los rechazó, porque él pedía ayuda (dinero). Me fui indignada, aunque debía haber previsto que, en efecto, a cargo del dinero de los españoles, el individuo estaba bien alimentado ya que le sobraban al menos, 8 kilos.

En fin, recomiendo a las personas que no caigan en la trampa de cooperar con las falsarias propagandas pro inmigración del gobierno, y miren muy bien a quién dan su dinero, porque muchas asociaciones caritativas, incluso Caritas, a veces priorizan el bienestar de los de fuera, quienes, a veces nos pagan con actitudes altaneras y despreciativas, mientras se recortan sin nigún pudor las pensiones de nuestros ancianos.

Lucía Rivera