Hablando en Bratislava, Eslovaquia, el cardenal Gerhard Müller criticó una "conversión sumisa de la Iglesia en una ONG" preocupada solo por estas condiciones mundanas. Para él, esto constituye una "modernización suicida" de la Iglesia.
Según el periódico alemán Tagespost (7 de febrero), Müller no está contento con las diferentes interpretaciones de Amoris Laetitia ofrecidas por diferentes conferencias episcopales. "No puede haber pluralidad en las preguntas dogmáticas", dijo.
Müller llamó a las bendiciones de la Iglesia de los pseudo-matrimonios homosexuales como "una abominación en un lugar santo" que aprueba algo que Dios no aprueba.
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