En su aparición del 13 de agosto en Fátima, la Virgen dijo: "Oren, oren mucho, y sacrifiquen por los pecadores, porque muchas almas se van al infierno porque no hay nadie que sacrifique y ore por ellas".
Una experiencia personal que se describe a continuación demuestra claramente la inmensa misericordia de Dios, el inmenso poder de la oración y la necesidad de perseverancia y fe.
Nunca te rindas en la oración
En 1992, mi suegra se suicidó. Dos años después, su esposo también se suicidó. Ninguno de los dos era católico y, debido a las circunstancias de su muerte, nuestra familia estaba muy preocupada por su salvación. El catecismo nos dice: "Dios en su providencia omnipotente puede sacar bien del mal" (cc312)
Como resultado de estas tragedias, comencé a rezar el rosario e ir a la Misa diaria. Tres años más tarde hice una peregrinación y, a mi regreso, mientras asistía a una novena, el sacerdote dijo que podíamos recibir indulgencia plenaria si asistíamos a la novena. . Ese verano ofrecí indulgencias plenarias para ambos suegros difuntos. Continué orando por ellos porque me di cuenta de que ninguna oración se desperdicia. También he aprendido del P. Corapi acerca de las oraciones anticipadas. Dios está fuera del tiempo y Él sabe lo que haremos antes de hacerlo. Esto significaba que las oraciones y Misas que ofrecí para mis suegros se podrían haber aplicado a ellos en el momento de su muerte, y me ayudó a salvarlos.
Al leer más, me di cuenta de que una Indulgencia Plenaria no se obtiene fácilmente. Para obtener tal indulgencia uno no debe tener ningún apego al pecado, por pequeño que sea el pecado. Esto no es una cosa fácil. Luego le sugerí a mi esposo que encargáramos una serie de Misas Gregorianas para sus padres en caso de que todavía estuvieran en el Purgatorio. Las Misas debían comenzar el 1 de octubre (Fiesta de Santa Teresita) y finalizar el 30 de octubre
Pedí que ellos me dieran una señal de su salvación una vez que se completaran las misas. El 30 de octubre llegó y esperé la señal. No vino. 31 de octubre llegó y sin señal. Estaba segura de que la conseguiría el Día de Todos los Santos (1 de noviembre). Tampoco vino. El día siguiente, el Día de las Ánimas, sería perfecto. No hubo señal de nuevo. Entonces comencé a preocuparme realmente. ¿Podrían estar en el infierno? Estaba angustiada. Tenía tantas esperanzas de que Dios aplicara todas las oraciones y Misas antes de tiempo para ayudarlos en sus últimos momentos. Continué orando pero me llevó un mes más.
Un mes después
El primer sábado de diciembre me levanté a las 3:30 am y sentí que tenía que ir a Adoración. No podía salir de la cama. Me desperté nuevamente a las 4.30 am. Esta vez me levanté y fui a la Adoración. Tuve un impulso realmente fuerte, difícil de explicar, para orar por ellos en la misa de esa mañana. Después de la misa se suponía que tenía que orar en una clínica de aborto, pero algo me decía que tenía que irme a casa. En el camino a casa, me detuve para poner agua bendita en las tumbas de mis suegros, ya que sabía que ayudaba a las almas benditas. Esto no fue fácil ya que el cementerio estaba cubierto de nieve. Pero lo hice, y limpié toda la nieve, rocié con agua bendita las tumbas y oré un poco más por ellos.
Al llegar a casa había un paquete en la puerta. Se lo di a mi hijo porque pude ver un muñeco de peluche en la bolsa y supuse que era de su novia. Miró y dijo: "Esto es para ti. Son flores".
Cuando lo abrí empecé a llorar. ¡Allí en el paquete había una docena de rosas blancas! Pedí dos rosas blancas para mi signo, pero nuestro Dios es un Dios verdaderamente generoso y nos da más de lo que siempre pedimos. La tarjeta con las flores decía: "Yo sólo soy el mensajero", y estaba firmado "John R." También en el paquete había una rosa adjunta a una oración de Santa Teresita y un perrito de peluche.
Circunstancias del signo
Llamé a John para agradecérselo. Dijo que realmente era sólo el mensajero. Me explicó que había despertado a las 3 de la mañana y que sentía que estaba flotando. Recibió este mensaje: "Dale rosas blancas a June". Intentó orar, pero no pudo. Dijo que el Espíritu Santo no lo dejaba en paz con las rosas hasta que finalmente las consiguió. Cuando le conté toda la historia de que las rosas blancas eran una señal, no pudo contenerse y tuvo que colgar el teléfono.
A mi suegro le encantaban los perros y unos días después descubrí una foto en la que tenía un perro que se parecía exactamente al muñeco de peluche, las manchas y todo. En cuanto a la tarjeta de Santa Teresita, las Misas Gregorianas comenzaron el día de su Fiesta y mi suegra amaba las rosas rojas. En mi corazón, creo que las rosas, el perro, la tarjeta y la rosa roja fueron parte del mensaje del Cielo de que mis dos parientes políticos estaban ahora en ese maravilloso lugar.
La lección
Nunca, nunca renuncies a orar por tu ser querido, ¡incluso después de su muerte! Por favor, oren todos los días por las Almas en el Purgatorio. Mis suegros no eran católicos. Tal vez fuimos los únicos que rezamos por ellos. ¡Cuántos no católicos debe haber en el Purgatorio porque no tienen a nadie que ore por ellos! Cuántos no católicos deben perderse porque no tienen a nadie que rece por ellos.