El mal se disfraza (Dios Padre)





El mal es tan real como lo que has visto, entonces ¿cómo no prevenir a otros? ¿Cómo no contarles que existe para que lo eviten? Hoy el mal se disfraza, por esto no disfracen a los críos, es imitar el rey del engaño, del camuflaje, de la doble faz. Dios es transparente, Dios es verdad eterna visible a cada creatura por lo que es.  ¿Acaso no ven? El mal se disfraza de entretenimiento, ustedes piensan: ¿qué tiene de malo ver, leer, instruirse? Se instruyen de todo lo ajeno a mí, les siembran dudas de mi verdad y mi norma, ven demonios y pecado día a día en sus pantallas para volverlos insensibles al dolor del otro, volverlos acostumbrados al mal, adormecidos a lo abominable. Mis hijos piensan: ¿Qué tiene de malo ir a distraerse, a comer o comprar a distraerse? Sólo eso hacen, saciar sus sentidos y pasiones, se han vuelto insaciables, quieren más y más, comen por gula, coleccionan lo innecesario, amontonan y se apegan a lo que perece, se vuelven esclavos de adquirir, casas, carros, ropa, cosas y cosas que los hacen dependientes, codependientes de los valores que les ha impuesto el mal. Mío no es esto. Todo lo que hace el hombre hoy, me entristece y así esclavos se vuelven al Dios dinero, al Dios tener, al Dios trabajo.

El que tenga oídos que escuche. ¿Creen que es mío todo esto? Este afán de tener, adquirir, compran y compran, se endeudan, esto sólo los vuelve codiciosos. No es mío, no quiero ver a los míos en estos afanes que los alejan de mi humildad y mi paz. Los alejan del orden divino, ya ni saben cómo poner cada cosa en su lugar. ¿Cuál va a ser el lugar de Dios? ¿Cuál será el lugar de su Fe? De su familia, de su misión y cual va hacer el lugar de sus trabajos, sus sueños, proyectos sus ganas de tener y obtener? Trastocado está el orden divino porque distraídos los tienen, pensando de qué forma divertirse al llegar el descanso, en vez de buscarme a mí.

Guárdense para mí, no para el mundo. Que sus mayores esfuerzos sean para mí y no para otros dioses. ¿Acaso no han aprendido nada de mi palabra? Pueblos necios, alejados de mí, son castigados, acrisolados, enviados al pozo, por corromper al inocente, hacer perder a mis ovejitas. Guárdense para mí, estén más en mi santuarios, en sus hogares, en familia para que afuera no se contaminen, difícil es nadar en contra de la corriente. Guárdense para mí, eviten las multitudes, eviten gastar horas y horas en las banalidades del mundo, yo no estoy en nada, ni en el arte, la música, ni en la poesía. Me han sacado de todo, hasta de mi Iglesia. Quedó entre mis pocos amados fieles y allí juntos deben estar.

Dios no está en centros comerciales, en el cine, en los conciertos, en los eventos y reuniones. No hija mía, los críos sedientos están por todo esto, como una adicto a buscar su vicio, quiero a los míos reunidos en sus hogares, reunidos en mi nombre, en lugares sencillos, compartiendo meriendas sencillas. ¿No les gusta estar juntos? ¿No disfrutan estas reuniones hablando de mí?